Hable siempre de la muerte directamente (es decir: “Su cuerpo dejó de funcionar, y ella murió”).
Evite el uso de eufemismos, como “papá fue a visitar a Dios en el cielo.” En vez de decir “su mamá estaba muy enferma y ella murió” Use las palabras de la causa de la muerte (es decir: cáncer de seno, hemorragia en el cerebro, etc.)
Comparta los recuerdos del ser querido que murió con su niño(a) lo más frecuentemente posible. Esto les ayudará a mantener el recuerdo de su ser querido vivo, ayudando en su proceso de alivio al duelo.
Reconozca el cumpleaños del pariente que murió y la fecha del aniversario de la muerte. Incluya a sus niños(as) en los planes para crear una conmemoración o ritual para esos días especiales.
Intente adaptarse a los diversos estilos de expresión de duelo en su familia. Mientras que algunos niños llorarán abiertamente y buscarán consuelo, otros llorarán solamente en privado o sacarán su duelo en arrebatos de enojo.
Ayude a su niño(a) en etapas de transiciones- que empiecen o finalicen (el primer y último día de la escuela o de campamento, fiestas de cumpleaños, ceremonias religiosas).
Planee con tiempo los días festivos para prevenir que estén tristes por los días festivos. Si es posible, incluya las preferencias del ser querido que murió en las decisiones o cree nuevos rituales.
Siempre sea constante en la crianza de sus niños, estableciendo límites y manteniendo la rutina lo más posible. Sus niños necesitan límites para sentirse seguros.
Reconozca lo que usted no puede lograr solo(a) y asigne tareas, usted no puede ser todo para todos.
Halague a sus niños y a usted mismo tan a menudo como sea posible por hacer lo mejor que puede durante tiempos difíciles.